"Una
promesa había contraído Gardel con los asilados del hospital Fermín Ferreyra y no quiso
abandonar Montevideo sin cumplirla. Ayer llegó con sus guitarristas hasta ese
establecimiento, dispuesto a señalar allí una nota de regocijo, de animación y
simpatía. Fue el de ayer un acto inolvidable para los asilados, que pudieron
apreciar la labor de uno de sus artistas predilectos, y también para Carlos
Gardel, a quien la vida lo puso en el trance de poder distribuir un poco de
alegría entre seres que generalmente se encuentran al margen de la misma".
(Fuente: diario El Plata, 8/10/33).
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